Palacio de la Zarzuela. Madrid, 11 de marzo de 2004
La barbarie terrorista ha sumidosumir : plonger hoy a España en el más profundo dolor, repulsa e indignación.
Hombres, mujeres y niños, ciudadanos libres de todas las edades y ocupaciones, incluso de otros países, que se acercaban a sus destinos, escuelas y trabajos, se han encontrado brutalmente confrontados con la muerte y el sufrimiento.
Un escenario de pesadillauna pesadilla : un cauchemard se ha apoderadoapoderarse de : s'emparer de de todos los hogareslos hogares : les foyers españoles para mostrar la cara más cruel y asesina del terrorismo.
En estos trágicos momentos, quiero hacer llegar a las familias de las víctimas mi más profundo afecto y el de toda Mi Familia. Con todos querría fundirme en un abrazo cargado de consuelo y tristeza. Siempre estaremos con vosotros, con todos aquellos que sufren las consecuencias de una locurauna locura : plonune folieger macabra sin justificación posible. Estos repugnantes atentados sólo merecen la más enérgica y absoluta condena.
También me dirijo a los heridoslos heridos : les bléssés y a sus familias, para expresarles nuestro calor, nuestra cercanía y nuestro deseo de pronta recuperación.
Vuestro Rey sufre con todos vosotros, compartecompartir : partager vuestra indignación, y confía en la fortalezala fortaleza : la force y eficacia del Estado de Derecho para que tan viles y cobardeslos cobardes : les lâches asesinos caigan en manos de la Justicia, y cumplan en prisión todas las penas que los Tribunales les impongan.
Habrán de dar cuentadar cuenta : rendre compte de sus crímenes, de forma irremisible.
Los servicios públicos y los ciudadanos de Madrid, siempre generosos, se han crecido en la tragedia para mostrar su entregasu entrega : son dévouement solidaria, su esfuerzo y colaboración.
Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad no cesan en su labor en defensa de nuestras libertades. La España de buen corazón ha vibrado una vez más ofreciendo su ayuda material y apoyo moral. A todos, nuestro agradecimiento más profundo.
El desalientoEl desaliento : le découragement no está hecho para los españoles.
Somos un gran país, que ha demostrado con crecescon creces : largement su capacidad para superar retosun reto : un défi y dificultades. Un país que bien sabe que, frente a la sinrazónla sinrazón : la folie y la barbarie, sólo cabe la unidad, la firmeza y la serenidad.
Unidad, firmeza y serenidad en la lucha contra el terrorismo, con todos los instrumentos que nos proporciona el Estado de Derecho, redoblando nuestros esfuerzos conjuntos para terminar con esta lacrauna lacra : une plaie , contando con la acción policial, la labor de la justicia y la cooperación internacional.
Unidad, firmeza y serenidad por encima de las legítimas diferencias de opinión, en torno a la más firme voluntad de convivencia pacífica y democrática, que garantiza nuestra Constitución, expresión soberana del pueblo español.
En estas horas de inmenso dolor, los españoles estamos llamados, más que nunca, a reafirmar nuestra determinación de acabar con la violencia terrorista.
Que no haya duda. El terrorismo nunca conseguirá sus objetivos. No conseguirá doblegardoblegar : faire plier nuestra fe en la democracia, ni nuestra confianza en el futuro de España. |